La calidad de los productos depende en gran medida de la época del año en la que los consumimos. Es por este motivo que cada temporada ofrecemos los productos propios de cada momento a nuestros clientes. Un buen ejemplo de éste son todas las verduras que cultivamos en el campo.
En definitiva: los tomates y las judías en verano; los frutos secos y el aceite nuevo en otoño; los calçots en invierno y las cerezas cada primavera.
También dependiendo de la época del año, adaptamos la elaboración de nuestro platos cocinados para seguir la tradición en las diferentes festividades y para ofreceros el producto próximo en cada momento.