La avellana de Reus tiene la distinción como Denominación de Origen Protegida (DOP) reconocida por la Generalitat de Cataluña. La DOP ocupa las comarcas de la provincia de Tarragona, aunque en Cataluña también existen explotaciones fuera de la DOP pero en comparación muy pequeñas. Por comarcas las que producen son: Baix Camp, Alt Camp, Tarragonès, Priorat, Conca de Barberà y la Terra Alta. Actualmente, Reus centraliza el 80% del comercio de toda la producción estatal. De hecho, las 6 comarcas de la denominación concentran el 95% de la producción estatal de esta fruta seca. En sus inicios la recolección era manual, en la actualidad se emplean máquinas recogedoras-limpiadoras, que empiezan a trabajar a principios de septiembre hasta octubre.
Las avellanas para estar incluidas dentro de la DOP deben tener unas medidas determinadas y deben ser de las variedades tradicionales de estas comarcas: Negrita (la más cultivada), Pauetet, Gironella, Morella y culplana. La avellana de Reus es más pequeña, tiene más sabor, más olor, es más dulce y menos blanquecina que la turca, su gran competidora. La forma de presentación de estas avellanas es diversa: con cáscara (tal cual se ha recogido), en grano y tostada. El cultivo de la avellana está presente en Tarragona desde hace más de 600 años. Ya desde el 1271 la Lonja de Barcelona tenía una comisión del comercio de este fruto, y durante el siglo XIII y XIV, se consolidó. En 1862 una asamblea del prestigioso Instituto Agrícola Catalán San Isidro recomendó el cambio de las viñas por avellanos ante la crisis del sector.
De la crisis a la DOP
Esta fruta seca y todo el sector han pasado diferentes crisis en los últimos años. La competencia de la avellana turca ha dejado por tierra muchas veces el precio de este producto afectando seriamente el sector. La crisis más profunda comienza en el año 1990 y ha durado hasta el 2002. En todo este periodo se ha pasado de más 35.000 hectáreas a principios de los noventa hasta las 16.000 actuales. Desde hace dos años, la reducción de producción del sector en Turquía ha favorecido una mejora en los precios y ha aligerado la situación de los agricultores europeos de la avellana.
Desde las organizaciones agrarias se ha defendido el valor multifuncional y de arraigo de la población en el territorio de este cultivo, para evitar su probable desaparición en un contexto de libre comercio total. Una de las máximas reivindicaciones había sido conseguir una ayuda permanente para el sector para asegurar su supervivencia, que tras numerosas protestas, se concedió a la última reforma de la Política Agraria Común (PAC). "Para evitar las crisis de precios lo que tenemos que hacer es equilibrar la oferta y la demanda que se sitúa alrededor de unas 500.000 toneladas en el ámbito mundial.
"La DOP Avellana de Reus se planteó entre los productores por primera vez entre los años 1988-89 debido a la crisis del sector provocada por la entrada masiva de avellana turca a bajo precio. El objetivo era conseguir diferenciar el producto ante el consumidor de un competidor que ofrecía muy buen precio pero no tanta calidad como los cultivos catalanes ", indica Guinovart." Una DOP es un valor añadido de diferenciación en el mercado en un contexto de globalización económica. Pero este valor no se obtiene de forma inmediata, se debe trabajar para dar a conocer al consumidor. "Es necesario que, al tiempo que se hace conocedor al ciudadano, también se le ha de hacer accesible el producto de calidad en las cadenas de distribución, por eso hemos tenido que trabajar mucho para conseguir que cerca de 40.000 kg salgan al mercado con el sello de la DOP ", afirma Guinovart. Últimamente, la Generalidad de Cataluña ha hecho una campaña de promoción de los productos con denominaciones de origen o geográficas.
La avellana es muy valorada en el sector de la alimentación. Sus usos principales son la pastelería, para hacer bombones, chocolate, turrones, helados, aunque también se consume tostada como aperitivo y postre. Otra son las salsas y picaduras de las cuales la más conocida es la romesco que se emplea para los calçots. La composición de los nutrientes que contienen las avellanas es de un 16% de proteínas, un 6% de lípidos, un 16% de glúcidos y un 6% de agua, lo que las hace importantes para las avellanas.